39 A l e j a n d r o M a g n o empezaron a expresar sus sentimientos y algunos de ellos empezaron a llorar, y sus lágrimas fluyeron hasta el punto que transformó la ira de Alejandro en emoción, por lo que no pudo ocultar sus lágrimas a sus hombres) (Sonidos de llanto y lloriqueos) (Mientras los asistentes estaban inmersos en un mar de lágrimas, Coeno se armó de valor y avanzó hasta donde estaba parado Alejandro, mientras los demás líderes permanecieron en sus lugares. Luego pidió hablar, por lo que se quitó el casco. Los hombres comenzaron a animarlo a hablar sobre el tema del ejército) Uno de los hombres: Coeno, habla en nuestro nombre y cuenta todos los problemas que hay en el ejército. Coeno: Que Dios se aleje de nosotros las intenciones de traición. Eso es lo que confiamos en nuestros soldados. Tus hombres están listos, como antes, para ir a donde los lleves, incluso a la guerra, para enfrentar los peligros, para derramar nuestra sangre, para engrandecer tu nombre. Estamos listos para ir contigo a donde quieras o frente a ti con o sin armas, desnudos o cansados... Sin embargo, ¿Puedes escuchar palabras sinceras de tus soldados?
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