71 El 29 de diciembre de 1607, el arzobispo de Goa escribió a su manera una carta al rey portugués informándole de la acusación, el fallo del Tribunal Supremo y la justificación de la ejecución del fallo por lo siguiente: “Aunque hay instrucciones de que todos deben ser ejecutados, sea cual sea su estado e influencia, por temor a las perturbaciones que surjan a expensas del servicio de Dios y su majestad y por temor a molestar a la población, hemos ordenado que la ejecución se lleve a cabo tal como fue decretada”. Bibi Fátima sufrió tanto mientras arrastraba a sus cuatro hijos detrás de ella: tres varones y una mujer. En Goa, acudió a la Sociedad de la Hermandad de la Misericordia, así como al embajador de Adel Shah, rey de Persia, ante los nobles, los clérigos y también ante los mismos jueces que sentenciaron a Turan Shah. Todos exigieron una suspensión de la ejecución, pero fue en vano. En las calles de Goa, con sus hijos detrás de ella, Bibi Fátima gritó: “Soy Bibi Fátima, la esposa de Turan Shah. Protesto en contra de esta regla, que fue planeada por sus enemigos y aquellos que reclamaron contra él al respecto de la sucesión al trono del reino de Ormuz, porque están involucrados por intereses personales.
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