96 Bibi Fátima tenía el hábito de sentarse en su asamblea y se ponía la corona de su madre en la cabeza. Junto a ella solía estar Latifa, hija de su exmarido Turan Shah. Gastaba dinero y daba regalos a sus visitantes, para restaurar la gloria de su madre, la primera dama, pero ¿De dónde salía todo ese dinero? Era dinero del gobierno y dinero de otros. El rey Muhammad Shah le estaba dando a su esposa tan generosamente que dejó de pagarle a Rais Noureddine, así como a los hijos del difunto rey Firuz Shah. Hasta que un día a principios de 1616, se sucedieron una serie de insultos: Las empleadas de la reina Bibi Fátima estaban en el concurrido mercado de Ormuz y se encontraron con las empleadas de las hijas de Rais Sharafuddine y las de los hijos del ex rey Firuz Shah, en la tienda de un vendedor. En aquel momento, las empleadas no no lograban ponerse de acuerdo sobre quién compraría primero, así que una de las criadas de la reina le preguntó al dueño de la tienda: “¿A quién quieres venderle? ¡Somos reinas y ellas son esclavas!”. La empleada se refería a que ella y sus colegas pertenecían a la reina Bibi Fátima y las demás a los hijos de Firuz Shah.
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