Holaku's Return

25 E l r e g r e s o d e H u l a g u hasta el Oeste están a mi disposición, y a mi llamada marcharán bajo mi liderazgo contra los invasores mongoles. Al-Dewidar mira al techo con la mirada perdida y juega con los dedos debido a las afirmaciones de Al-Musta’sim. Mientras Ibn Al-Alkami mira a AlMusta’sim negando con la cabeza, y con un gesto le pide que abrevie su discurso. Al-Musta’sim: Escribe... Pero incluso teniendo este poderío islámico, no querría usarlo para que los musulmanes no se sientan molestos u ofendidos por la guerra. Hulagu, te aconsejo que escuches la voz de la paz y vuelvas por donde has venido. Por otro lado te digo: Vuelve a Khorasan y te entregaremos las tierras que ocupé con nuestro consentimiento y nuestra voluntad para anexarlas al estado mongol. Luego mira a Ibn Al-Alkami, diciendo: ¿Ya lo escribiste? Renunciamos a las tierras que ocupábamos, las anexamos al estado mongol, y habrá paz entre nosotros. Al-Musta’sim firma la carta, la sella y se la entrega a Ibn Al-Alkami, diciéndole: Envíala con una delegación a Hulagu junto con regalos. Ibn Al-Alkami sale y al-Dewidar permanece con AlMusta’sim.

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