31 E l r e g r e s o d e H u l a g u Al-Dewidar sale del escenario dejandoAl-Musta’sim solo. El califa Al-Musta’sim deambula por el escenario diciendo: Al-Musta’sim: Incluso si la persona pensara en huir, no podría, porque sus ejércitos sitian Bagdad. Después de un rato, entra Abu al-Abbas Ibn Al- Musta’sim “hijo de Al-Musta’sim”. Abu Al-Abbas: La paz sea contigo, padre. Al-Musta’sim: La paz sea contigo, hijo mío. Abu Al-Abbas: Padre mío... ¿Me dijeron que enviaste a Ibn Al-Alkami a Hulagu? Al-Musta’sim: Sí, hijo mío. Abu Al-Abbas: Pero Ibn Al-Alkami todavía está en Bagdad, y los mongoles han rodeado los muros de Bagdad. Al-Musta’sim: Ahora empiezo a dudar de Ibn AlAlkami. AbuAl-Abbas: ¿De qué sirve ahora, padre? Siempre te advertí sobre Ibn Al-Alkami. Al-Musta’sim: Hijo mío, llévate algunos regalos, empleados estatales y notables, y vete con ellos a ver a Hulagu. Llévate también a Ibn Al-Alkami contigo. Abu Al-Abbas: ¡¿Ibn Al-Alkami?! ¡¿También?! Abu Al-Abbas sale y Al-Musta’sim permanece confundido, deambulando. Detrás de escena se oyen
RkJQdWJsaXNoZXIy OTg0NzAy