41 E l r e g r e s o d e H u l a g u Y ahora están de camino a Basora. (Sale el príncipe mogol) Ibn Al-Alkami niega con la cabeza y dice: Ibn Al-Alkami: El juicio se llevó a cabo en contra de lo que esperaba. Las cosas sucedieron en contra de lo que yo esperaba. Entra uno de los empleados de Ibn Al-Alkami: Uno de sus empleados: Relájese, señor ministro. Ibn Al-Alkami: Estoy ofendido y preocupado por el comportamiento inferior y apóstata de los mongoles. Uno de sus empleados: Le leeré versículos del sagrado Corán. Solo en el recuerdo de Alá los corazones encontrarán la paz. Y empieza a leer algo del Corán. El príncipe mongol entra gritando: Príncipe mongol: ¡¿Qué es eso?! ¡¿Qué es esto, Ibn Al-Alkami?! Ibn Al-Alkami: Es el sagrado Corán... Príncipe Mongol: ¡No quiero escuchar el Corán! Me está volviendo loco. No quiero escucharlo. (Después de un silencio)
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