I Condemn

32 YO CONDENO Estimadoseñor Entendiendo habitual en las negociaciones entre reyes y nobles, sean moriscos o cristianos, intercambiar correspondencia cada vez que se presentan ocasiones para ello. Sin embargo, yo me he negado, hasta este momento, a corresponderme con personas que han cometido traiciones en mi contra y tanta injusticiase tuvo conmigo, conmi padre, mi ymi madre, ymi hermanoque eran los que administraban y gobernabanel Reino de Granada. Y esto es después de que yo mismo haya sido perseguido por medio de astutas artimañas,por las cuales se han apoderado de todas mis propiedades con el argumento de que yo llevaba una daga,y así se me privó de la posición tan importante que yo ostentaba en elConsejo de Granada, donde serví fiel y honestamente al Rey Don Felipe. Fui sentenciado a trabajos forzados sin importar mi estatus, mi persona,ni mi familia. ¿Por qué he sido objeto de una traición tan grande? Y en lo que respecta a mi padre y a mi hermano, fueron condenados a dos años de prisión con trabajos forzados, cosa queme causó una gran desolación, por lo que tuve que salir y luchar hasta morir; primero, por Dios, y luego por la destrucción de los cristianos, los enemigos de la fe de Dios, hasta la muerte. Porque entiendo que ese es mi servicio a Dios. Y mis súbditos y yo no estamos al servicio del diablo, sino al servicio de un SeñorÚnico y Verdadero, no haymás dios que Él, Quien creó el cielo.Lo repito una vez más: la población civil del Reino de Granada no es la causa de esta ruina y desgracia, sino el

RkJQdWJsaXNoZXIy OTg0NzAy