96 cerámica y se llevaba a tierra. Entonces los aguadores invitaron a los portugueses a desembarcar y llevarlo a su barco. Sin embargo, antes de que los portugueses pudieran llegar a la costa, Haji Ibrahim, uno de los sirvientes confidentes del emir Ibrahim, apodado Haji Ketyt, ordenó a los porteadores que recogieran los cantaros de agua y los devolvieran a Quiloa. Así, cuando los portugueses desembarcaron para recoger cantaros, no encontraron nada. Regresaron a su barco muy enojados, y se dirigieron a Malindi. Los lugareños de Quiloa le dijeron al emir Ibrahim bin Suleiman que tenía que entregar las cajas de monedas de oro a Haji Muhammad Rukn al-Din al-Dabuli, quien junto con su hermano alfaquí Ayyub,
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