28 N E M R O D El ministro: Rey... Has dominado todo el mundo, de Este hasta a Oeste, no hay necesidad de molestarte con lo que dicen. Eres nuestro señor, todos nos arrodillamos ante ti. Todo el séquito, incluido el ministro, se arrodilla ante Nemrod y luego regresa a sus asientos. Nemrod: ministro... Construye una torre elevada para mí, para que pueda ascender a lo más alto y asegurarme de que no haya ningún dios excepto yo, ni en la tierra ni en el cielo. El ministro: ¡Oh, gran señor! La nación se ve afectada por la sequía, los ciudadanos tienen hambre y tú tienes la comida. Dales comida a los que creen en ti y los que no lo hacen serán privados. La gente está reunida ahora ante tus puertas. Nemrod: Buena idea. Dejad que la gente entre uno a uno. El ministro: Guardia, deja que la gente entre uno a uno. El ministro se pone de pie cuando la gente entra para encontrarse con Nemrod y al recibir a la primera persona de la multitud, dice: El ministro (dirigiéndose a la primera persona): Si quieres comida, debes arrodillarte a los pies de
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