27 S a n s ó n e l p o d e r o s o Sansón: ¡Ah, ah, ah, ah! Uno de los Gobernantes de Palestina: ¡Vamos! ¡Llevémoslo a Gaza! Sansón, encadenado, tropieza mientras lo arrastran fuera del escenario. Dalila regresa sosteniendo los mechones de cabello de Sansón en una mano y las tijeras en la otra. Ella respira, molesta por lo que le pasó a Sansón. Pero pronto lanza los mechones y las tijeras, agarra las bolsas de dinero y se ríe a carcajadas de alegría. Fundido a negro
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