31 S a n s ó n e l p o d e r o s o Sansón: Chico, pon mis manos en los dos pilares que levantan el techo para que pueda apoyarme. El niño lleva a Sansón al primer pilar y luego al segundo pilar, donde sus manos llegan a apoyarse sobre ambos pilares al mismo tiempo. Mientras continúan los bailes y los aplausos, Sansón grita a todo pulmón: Sansón: ¡Oh, Señor! ¡Dame la fuerza, aunque solo sea una vez, para vengarme de los palestinos que me sacaron los ojos! El techo se derrumba sobre Sansón y los filisteos. Sansón, junto con miles de palestinos, muere cuando el techo se derrumba sobre ellos y se produce una densa polvareda. Un palestino miraba el polvo, y grita: ¡Los cerca de tres mil asistentes, los gobernantes de Palestina y Sansón, que también estaba con ellos, han muerto! ¡Oh, qué horror! Fundido a negro
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