43 S a n s ó n e l p o d e r o s o Portador de armas: Sí, mi rey. Rey Saúl (dirigiéndose al portador de armas): ¡Mátame con tu espada! Pero el portador de las armas del rey da un paso atrás, sorprendido por lo que escuchó, negando con la cabeza. Rey Saúl: ¡Mátame con mi espada! De lo contrario, los palestinos vendrán a matarme y mutilaran mi cuerpo. El portador de armas gira alrededor del rey y repite: Portador de armas: No... No... No... El rey Saúl toma su espada (es decir, la espada del rey) y coloca su cuerpo sobre ella, de modo que la espada penetra su cuerpo y cae muerto. El portador de armas llora y grita de dolor cuando vea al rey Saúl muerto. También él desenvaina su espada, pone su cuerpo sobre ella y se muere con el rey. Un período de descanso, seguido de un fundido a negro para pasar una noche a la batalla. Tarareo desde lejos. El sonido se acerca hasta que los palestinos llegan al escenario. Mientras los palestinos avanzan, recogen las armas israelíes esparcidas por el campo de batalla y entre los muertos.
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