The Black Stone

39 L a p i e d r a n e g r a Comerciante: Soy un comerciante de Isfahán y vine a Qatif para comerciar. Pero cuando supe que al-Zakri, también llamado Abu al-Fadl Zakaria estaba aquí, vine a Hajar para advertirle a Abu Taher, sobre esta persona. Es uno de los reyes de Persia en Isfahán. Estableció un centro religioso en Isfahán para predicar su fe. Muhammad Sanbar: Si alguien de esta ciudad de Hajar te escuchara decir lo que me dijiste, ¡Te mataría! ¡Oh, comerciante! Olvida esas palabras y ocúpate de tu negocio. Más bien, sal rápidamente de este pueblo y no digas una sola palabra. ¡Vamos! ¡De prisa, de prisa! Al rato entra un joven de rostro atractivo, de piel clara y de hombros estrechos, de unos veinte años. En la cabeza lleva un turbante amarillo, viste un traje amarillo y envuelve su cintura con un paño amarillo. Muhammad Sanbar saluda al joven con una reverencia: Muhammad Sanbar: ¡Hola Abu al-Fadl Zakaria! ¿Podrías sentarte por favor? Abu al-Fadl Zakaria: Cuando visité en Isfahán a mi padre, que también es tu amigo, acordé con él matar a su oponente y rival, Abu Hafs al-Sharik bin Zarqan, esposo de la hermana de Abu Taher, hasta que el lugar quedara desocupado para ti. Y mi padre me designó para hacerlo. ¡Pero no cumplió su promesa de entregarme el poder y convertirme en un soberano!

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