42 L a p i e d r a n e g r a saros con mujeres que se consideran prohibidas y os dejaré beber vino. Y decretaré que construyáis cuatro casas en este pueblo, cada una en un punto cardinal, y que encendáis fuego en ellas día y noche. Entonces Abu Taher al-Qarmati y su séquito comienzan a desnudarse dejando nada más lo que oculta sus partes íntimas. Dando vueltas alrededor del banco en el que estaba Abu al-Fadl Zakaria cantando: Séquito: ¡Nuestro Dios, el Todopoderoso! ¡Nuestro Dios, el Todopoderoso! ¡Nuestro Dios, el Todopoderoso! ¡Nuestro Dios, el Todopoderoso!
RkJQdWJsaXNoZXIy OTg0NzAy