48 L a p i e d r a n e g r a catarse el complot): No me apresures. Me robaron el amuleto con el que devuelvo la vida a los muertos. Esperaré a que venga mi padre y la reviva. Sa’id Ibn Hassan al-Jannabi entra rápidamente con un cuchillo en la mano y detrás de él su hermana, por lo que agarra a Abu al-Fadl Zakaria por detrás y le pone el cuchillo en el cuello. Abu al-Fadl Zakaria: ¡No me mates! No quiero ser el caudillo. ¡Hazme tu esclavo! ¡Cuidaré las vacas y las ovejas! Abu Taher al-Qarmati: ¡No, no, Sa’id! Sa’id: ¡Mi hermana me lo contó todo! Abu al-Fadl Zakaria (gritando) ¡Oh, guardias! ¡Oh, guardias! Sa’id mata a Abu al-Fadl Zakaria, la sangre se derrama sobre su pecho y deja caer un cadáver al suelo. Aporrean la puerta y unas voces dicen: Voces: ¡Abrid la puerta! (Llamadas a la puerta): ¡Abrid la puerta! Muhammad Sanbar: ¡Son los guardias! ¡Los guardias de Abu al-Fadl Zakaria! Abu Taher al-Qarmati (dirigiéndose a Muhammad Sanbar): ¡Arrójales dinero! ¡Vamos, date prisa! Abu Taher al-Qarmati abre una caja llena de pequeñas bolsas llenas de dinero y se las entrega a Mu-
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