44 los cautivos árabes que estaban a bordo de una Carraca, llamada “Santa María de Serra”, notaron la presencia del almirante António Correia, y vieron que el escudo que portaba estaba adornado con una imagen de la cabeza del emir Muqrin. Ya, se habían oído algo de esto cuando estaban en Ormuz. Pues cuando vieron este escudo, y comenzaron a gritar, negándose a ser tomados por los portugueses como esclavos para ser vendidos; lo que provocó una rebelión. Como resultado, encendieron la barraca, y tan pronto como el fuego alcanzó la pólvora, la cubierta del navío explotó y los hombres salieron volando varios metros en aire. De hecho, Las llamas se propagaron con rapidez por el fondo de
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