16 la ley de Mahoma los susodichos le decían ya que has dicho eso, dinos (sic) ahora otro diciéndoles que fuese tal cosa y este confesante se lo decía. Y que también hablaban este confesante y los dichos cuatro viejos y el dicho Martín que la ley de Mahoma de cómo era buena y que no había otra y que por ella habían de ir al paraíso, y que también decían que esperanza tenían que se habían vuelto a la ley de los moros con ayuda de Dios y que en estas pláticas, estarían la mayor parte de la noche y que quien se quisiera ir acostar, el dicho Martín dijo a los cuatro viejos que os parece de este hombre y que los dichos viejos respondieron “bien, nos ha parecido nunca tal hombre hemos visto, Dios le agrande los días de la vida” y el dicho Martín, dijo “doy loores al creador porque siempre me traje a mi casa único moro y que allí no pasó más aquella noche. Y que de tres en tres noches y de en cuatro en cuatro noches iba este confesante por llamado del dicho Martín al mesón para hablar y platicar con ellos en la ley de Mahoma como lo hizo con los cuatro viejos y así platicaban este confesante y el dicho Martín con los huéspedes que había en el mesón de difusas partes en la ley de MahoHoja 7 -ma como tiene arriba dicho y que de esta manera perseveraron por espacio de seis años. Y que cada mes se juntaron seis veces y aún ocho y por esto han sido tantas y tantas veces y las personas tan diferentes y de tantos lugares que al presente no tiene memoria de los nombres y personas, que el dicho Martín las podrá declarar porque a veinte años que es mesonero y que muchos de los domingos de estos seis años se juntaban en el dicho mesón este confesante y el dicho Martín y su mujer y Alonso (Nota lateral: Sum(...) de Martín a lo dicho) de quien tiene dicho que vine arriba de Santana y allí platicaban en la ley de Mahoma de cómo era buena y en ella se habían de salvar, y luego dijo que de las personas que se juntaban allí se acuerda que se juntaba allí (Nota lateral: El alguacil de Melexís) el alguacil de Melexís que es en el val de Lecrín, y que este alguacil vive junto a la iglesia de Melexís y es hombre colorado y la barba cana y hombre pequeño de cuerpo, y así fue vuelto a la cárcel. Pasó ante mí, Francisco de Herrera notario. (Nota lateral: Razón)
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