The Inquisition

198 Preguntada si ella tenía entonces por buena la ley de los moros. Dijo que no. Le fue dicho qué pues ella dice que hizo las dichas cosas por la ley de los moros, que se entiende que tenía por buena la ley de los moros. Dijo que entonces es verdad que creyó que la ley de los moros era buena para entrar al paraíso. Preguntada cuándo le había dado dicho crédito, dijo que le duró aquel mes que duró el Ramadán y ellas ayunaron y que nunca más lo Hoja 26 Preguntada si ha hecho después acá las dichas ceremonias o rezado la dicha oración, dijo que no que después acá ha sido cristiana. Le fue dicho que si no hubiera rezado después acá la dicha oración se le habría olvidado. Dijo que no la ha rezado después acá. Preguntada con que otras personas han hecho y tratado estas cosas de la ley de los moros u otras. Dijo que no, con nadie. Le fue dicho por la información parece que las ha hecho y tratado y visto a otras personas y en otros lugares y tiempos, que se le amonesta que diga la verdad, si no se le pasará adelante con el tormento. Dijo que no lo ha tratado con más. Y así fue mandado al ministro que pase delante con el tormento. Y apretándole daba grandes voces ¡Alá! ¡Alá! Muchas veces, y que ella tiene dicha la verdad que no hizo nada. (LATERAL: 15 vueltas) Y teniéndola le dadas quince vueltas de cordeles fue amonestada que diga la verdad antes de que le echen en la escalera para comenzar el tormento. Dijo que no lo hizo más ni con más personas. Y así fue echada en la escalera, y echándola dijo que si hizo y que ella lo ha hecho todos los años después acá y hasta ahora. Hoja 27 Preguntada qué es lo que hizo, dijo que ha ayunado todos los años el Ramadán y ha hecho el sala y se ponía sobre una sábana o lienzo y alzaba y bajaba la cabeza y decía la oración del “handuriley”, la cual rezó mejor que la primera vez, según dijo la lengua. Y que el ayuno lo hacía no comiendo todo el día hasta la noche, que cenaba y después al cuarto del alba tornaba a levantar y comía y bebía y se aguaba la boca y se tornaba a dormir. Y que también hacía el guado lavándose los pies y las manos y partes vergonzosas y cara y cabeza, las cuales dichas ceremonias hizo

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