253 tormento y daba voces “¡Ala! ¡Ala!” queda más, no queda más que lo que sus mercedes quisieren sea. Le fue dicho que ahora no se quiere sino verdad. No respondió. (LATERAL: Que habían de ser moros) Preguntado si pasara en Berbería cuando dice que se quiso pasar que había de ser allá o moro o judío o cristiano. Dijo que Francisco del Castillo le decía que en Berbería habían de ser moros y que esto le dijo yendo los dos soHoja 20 (LATERAL: Que es verdad) los yendo desde la dicha Guájar hasta Órgiva un poco antes que este confesante fuese a llamar al dicho Rami. Preguntado que declare cuánto tiempo tuvo voluntad de ser moro. (LATERAL: Que es verdad) Dijo que un día que fue desde el sábado hasta el domingo. Preguntado si el dicho tiempo que tuvo voluntad de ser moro si tuvo la ley de los moros por buena. Dijo que no, sino por ahorrar dinero. Y visto que no quiere asentar en la verdad, fue mandado al ministro proseguir en el tormento. Y apretándole dijo queda más y daba voces: “¡Ala! ¡Ala! ¡Ala!” (LATERAL: Que que la ley de los moros era buena) Y luego dijo que ponga lo que quisieran y que Francisco del Castillo le dijo que la ley de los moros era buena. Y apretando le dijo al ministro “espera, espera”. (LATERAL: Que es verdad) Y luego dijo que este confesante lo creyó así como el dicho Francisco del Castillo se lo dijo porque se lo dijo en el camino más de veinte veces y este confesante (…) y después lo creyó y que esta creencia tuvo dos días, sábado y domingo. Preguntado si en los dichos dos días que creyó que la ley de los moros era buena, si pensó salvar su ánima en ella. Dijo que no miró en ello. Preguntado por qué creyó este confesante que la dicha ley de los moros era buena para su cuerpo o para su alma, dijo que no la consideró si le aprovecharía para nada, y que por amor de aquellos dineros que había de dar a la justicia.
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