The Inquisition

80 acordó del hábito y se hechó la capa sobre él porque como está manco, no se puede vestir por sus manos y su mujer le viste y pone la capa y aquel día al tiempo que salió no estaba allí la dicha su mujer y él, como pudo se hecho la dicha capa e iba en bajo de ella el dicho hábito. Preguntado si a cubierto otras veces el dicho hábito. Dijo que no. Preguntado si entonces cubrió el dicho hábito porque no se lo viese. Dijo que no, sino por el olvido que tiene dicho. Preguntado si se acuerda que al tiempo que se le hecho el dicho hábito y al tiempo que se le señaló la carcelería se le declaró que por la seña se le mandaba traer el hábito descubierto sobre toda la ropa y él lo prometió y (...) así. Dijo que si se acuerda y que él no dejó de traer el dicho hábito y aquella vez se descuidó y hecho la capa por encima de él y que no lo hizo por malicia ni por e dejar de cumplir lo que se le mandó sino por el descuido que tiene dicho y pide misericordia Hoja 98 y que suplica a sus mercedes le manden despachar porque es pobre y no tiene qué comer si no lo que pide de limosna. Y así fue mandado volver a su cárcel. Pasó ante mí, Rodrigo Patiño (rúbrica). En Granada, a diecisiete días del mes de junio de mil quinientos cincuenta y nueve años. Estando los señores inquisidores Martín Alonso y Coscojales en la Audiencia del Santo Oficio mandaron a Juan López de Nájera, alcaide de la cárcel perpetua, que suelte a Martín de la Quadra, preso en la dicha cárcel, por su mandado. Pasó ante mí, Rodrigo Patiño notario (rúbrica).

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