51 T u r g u t viento sobre la colina, como burlándose de los invasores que se acercaban. Mientras el almirante Andrea Doria se encuentra en ese estado, un hombre portando una bandera blanca entra, se le acerca y se dirige a él. Hombre: Soy el jeque de Djerba y estoy dispuesto a aceptar cualquier cosa que se me ofrezca. Almirante Andrea Doria: ¿Dónde está Turgut? ¿Dónde está? El jeque de Djerba señala el horizonte lejano y dice: Jeque de Djerba: ¡Navegó con todas su flota! Almirante Andrea Doria: ¡No puede ser! ¿Cómo ocurrió eso? Jeque de Djerba: ¡Cruzó la isla por un canal poco profundo! Almirante Andrea Doria: ¡Eso es imposible! ¿Con esos enormes barcos? ¡¿Cómo?! ¡¿Cómo?! Jeque Djerba: Hizo un piso sólido con troncos de árboles y remolcó sus barcos hacia el mar abierto. Mensajero (entra apresuradamente): Andrea... Andrea... ¡Una desgracia! ¡Una calamidad! Almirante Andrea Doria: ¿Qué tienes? Mensajero: Cuando le escribiste al comandante de la isla de Sicilia que Turgut estaba en tus manos, los príncipes, comandantes y nobles se levantaron allí y abordaron un barco que pertenecía al comandan-
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