Bibi Fatima and the King’s Sons

56 En una carta dirigida al comandante militar, utilizando el mismo canal de comunicación, Bibi Fátima explicó su situación, acusándolo de negligencia y culpándolo por poner en peligro tanto a ella como su salvación espiritual. Desde su punto de vista, esa salvación era una necesidad urgente y era muy importante que la demanda de esta mujer musulmana se cumpliera en la medida en que uno debe tener una razón muy fuerte para no arriesgarse, en una cuestión tan trascendental. El comandante militar respondió que si ese fuera el caso, ella debería hacerle una señal a una determinada hora, cuando se dirigiera a un área vacía fuera de la ciudad. Esto debía hacerse en un momento específico. Diciendo: “Para poder llegar a una conclusión, ella misma debe confirmarlo enviándole su vestido”. Por lo tanto, ella le envió su propio vestido llamado bajoo, hecho de seda y muy usado en aquella zona. Estaba claro que la reunión de tales deseos justificados ya no podía retrasarse. Bibi Fátima vivía en una de las habitaciones del palacio real, al igual que su hermano, su madre y otras tantas personas y para alguien como ella en un lugar como ese, habría que ser capaces de imaginar todos los problemas que podrían surgir.

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