Bibi Fatima and the King’s Sons

73 Tan pronto como llegaron a la pira preparada para este propósito, pusieron a Turan Shah encima atado con cadenas y comenzaron a poner leña a su alrededor; Turan Shah gritaba y lloraba, forcejeando con sus manos y piernas tratando de zafarse de sus ataduras. Su esposa Bibi Fátima, los niños pequeños y las personas a su alrededor gritaban y maldecían, pero los soldados continuaban colocando leña alrededor de Turan Shah hasta que llegó a la altura de su cintura. Luego prendieron fuego a la leña y las llamas se elevaron. A veces a través de ella se podía entrever a Turan Shah y otras veces las llamas lo cubrían por completo. De repente, las cadenas que sujetaban a Turan Shah cayeron por sí solas, ya que el hombre se había convertido en cenizas en medio del fuego. Cuando el fuego se extinguió y sus cenizas se enfriaron, los soldados colocaron todas las cenizas en cestas y luego las arrojaron al mar. Miles de personas se congregaron alrededor de aquel lugar. Las multitudes todavía estaban estáticas y Bibi Fátima, tirando de sus hijos, se acercó hasta los restos de la pira. Recogió restos de ceniza para ponerlos en su velo mientras que sus hijos la imitaban. Después de eso, algunas mujeres se acercaron a Bibi Fátima, la sacaron del lugar y la llevaron tanto a ella

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