Bibi Fátima y los hijos del rey
Dr. Sultán bin Muhammad Al-Qasimi Bibi Fátima y los hijos del rey
Título del libro: Bibi Fátima y los hijos del rey Nombre del autor: Dr. Sultán bin Mohammed Al-Qasimi Traducida del árabe Por: Mohamad Nazir Homsi Texto revisado por: Iván de la Rosa Vives Texto revisado por: Guillermo Martinez de Velasco Nombre del editor: Publicaciones al-Qasimi Sharjah, Emiratos Árabes Unidos Año de publicación: 2020 Derechos reservados: Reservados a publicaciones al-Qasimi P.O.Box 64009 Sharjah, Emiratos Árabes Unidos Correo electrónico: info@aqp.ae ISBN: 978-9948-34-259-5 Autorización de impresión: Consejo de medios nacionales Abu Dhabi No. MC 03-01-8113736, fecha: 12-04-2020 “El grupo de edad que corresponde al contenido de los libros ha sido clasificado según el sistema de clasificación por edades publicado por el Consejo Nacional de medios” El grupo de edad: E Casa de impresión: Jazeerat impresión Press, Sharjah, Emiratos Árabes Unidos
5 Introducción 7 Capítulo I: Ormuz 9 Capítulo II: El rey Farookh Shah 21 Capítulo III: El príncipe Firuz Shah 33 Capítulo IV: Bibi Fátima 47 Capítulo V: El príncipe Turan Shah 65 Capítulo VI: El príncipe Muhammad Shah IV 81 Referencias 103 Índice
7 Introducción Esta novela cuenta la historia de una mujer ambiciosa que se aferra al gobierno fugaz de los reyes de Ormuz bajo la ocupación portuguesa de dicho reino. A través de esta novela, se hace una descripción detallada de la vida social en Ormuz. Las situaciones militares, políticas y económicas no se han pasado por alto y se han mencionado sin más detalles, para no perderse detrás de ellos y abandonar el contexto de la novela. El autor
9 Capítulo I: Ormuz
11 Ala entrada del GolfoArábigo una distancia de aproximadamente 45 millas separa la costa de la península Arábiga y Persia. En esta zona marítima hay algunas islas de dimensiones pequeñas, entre las cuales se encuentra la isla de Ormuz, considerada la isla principal y más grande la cual fue conocida como Jarun en un pasado. Ormuz se halla en la latitud 27 Norte, a nueve millas de la costa persa y a treinta millas de la costa de la península Arábiga. El diámetro de esta isla es de poco más de nueve millas y su suelo es muy estéril, ya que no hay una sola rama verde que crezca naturalmente. No hay nada útil excepto unas minas de sal, azufre y tres pozos de agua, no existiendo ninguna otra fuente de agua excepto las presentes en algunas oquedades o la presencia del agua del mar. Aunque la isla es exigua todos los suministros están disponibles, habiendo todo tipo de pesca, frutas frescas y también secas muy conocidas en el mundo y una gran cantidad de otras tantas
12 frutas bastante diferentes de las conocidas en Europa procedentes de Persia. La ciudad de Ormuz está ubicada en un extremo de la isla, en donde hay dos puertos muy bien emplazados y cercanos, uno está ubicado al Este y el otro al Oeste; uno es comercial y el otro militar. En ese mismo punto y frente a la ciudad, se haya un castillo en donde rompen las olas del mar, para que puedan entrar y salir sin tener que acercarse al mar, abordando embarcaciones o bajando de ellas. Al lado del puerto militar había una gran fábrica de pólvora que abastecía al ejército portugués en todo el océano Índico. La ciudad de Ormuz era el centro comercial y puerto marítimo más famoso del mundo. Llevaban a cabo más reuniones y se generaba más comercio que en todos los mercados del Este y el Oeste. Tenía un gran muelle para todos los caballos transportados desde la península Arábiga y Persia hacia todas partes de India a través de este, los reyes musulmanes de India y los portugueses recibían las mercancías. Por tal motivo, Ormuz representaba la fortaleza más importante de los reyes de Portugal en el océano Índico y debido a esto la pérdida de dicha fortaleza por parte de los portugueses suponía un gran fracaso y constituía un daño enorme.
13 Había aproximadamente doscientos portugueses casados y muchos locales o residentes en la ciudad. Lo que constituía una población de aproximadamente siete mil individuos (sin contar tanto a los comerciantes portugueses que residían de forma discontinua debido a sus viajes comerciales, como a los soldados que allí vivían). Mientras que los musulmanes y los indios que vivían en la isla de Ormuz y sus alrededores sumaban más de cuarenta mil personas. Independientemente de los persas, turcos, mongoles y otros grupos de comerciantes, que viajaban de forma intermitente con sus mercancías o para comerciar. El rey de Portugal poseía el centro de aduanas de Ormuz ya que fue entregado a los portugueses por los reyes de Ormuz como se anunció en dos decretos, según los cuales dicho centro de aduanas fue otorgado al rey de Portugal, después de que los reyes de Ormuz se vieran obligados a convertirse en partidarios de Portugal por la fuerza. Incluso después de su rebelión, Afonso de Albuquerque logró derrotarlos nuevamente en 1514. Anteriormente, el control este centro de aduanas se arrendaba a otros. Además del hecho de que los reyes de Ormuz eran leales a los reyes de Portugal y a pesar de la existencia de un castillo portugués allí, a los reyes de Ormuz no se les permitía poseer armas, por lo que no podían mantener el mar abierto a los comerciantes que traían sus bienes y
14 pagaban las tarifas en el puerto... Quizás la razón principal para la imposición de estos impuestos en los centros aduaneros era la necesidad de mantener los mares abiertos a los comerciantes y proporcionar una flota de guerra fuerte para frenar el movimiento de piratas tanto en tierra como en el mar. Después de que los reyes de Portugal se apoderaran de Ormuz y acordaran que el rey local se convertiría en un aliado de ellos, los impuestos se volvieron un derecho implícito para los portugueses, ya que la misión de proteger sus mares y mantenerlos abiertos al comercio se tornó responsabilidad de los reyes de Portugal y no de los reyes de Ormuz. Tanto así, que incluso después de la rebelión de los reyes locales en Ormuz, regresaron y se volvieron a convertirse en aliados, con una obligación de lealtad y obediencia a los reyes de Portugal por segunda vez. Como se mencionó anteriormente, en Ormuz se encontraba el puerto más grande de todo el Este y constantemente se dejaban ver ciudadanos italianos procedentes de Venecia, griegos, armenios, judíos y gente de otras nacionalidades. Cada día de la semana era un día de descanso para algunas personas: los cristianos descansaban el domingo, los paganos adoraban a Rama el martes, los musulmanes descansaban el viernes y los judíos el sábado.
15 Personas de diferentes naciones vivían en esta ciudad. Si alguna vez ibas visitar a un amigo, veías que la casa estaba habitada a su vez por cristianos, paganos y judíos, cada uno de los cuales, independiente de sus creencias religiosas, no tenían problema en visitar y conversar con los otros de manera incondicional. Había muchas iglesias cristianas y mezquitas musulmanas en la isla, incluida una gran mezquita con su imponente minarete. También había una sinagoga para los judíos y unas pagodas para paganos. Persia se encontraba al Oeste de la isla de Ormuz y al Este se hallaba la región árabe; de estas dos áreas provenía todo lo que necesitaba Ormuz: cuantiosas cantidades de maíz, agua, madera y muchos tipos de fruta. En cuanto al transporte, estaba garantizado gracias a los más de 400 barcos que entraban y salían del puerto de forma continua, los cuales solían recibir diferentes nombres según su tamaño e industria. El castillo de Ormuz tenía setenta grandes cañones de bronce y estaba rodeado por un foso que lo hacía inexpugnable, evitando así cualquier intento de o debilitación. Estaba además custodiado bajo la vigilancia constante de una guarnición, asignándole alrededor de 500 soldados portugueses anualmente para realizar dicha tarea.
16 El puerto siempre estaba lleno de barcos de todas las regiones de India que traían diversos productos, como textiles y medicinas, enviados tanto a Persia, la región árabe, Turquía e incluso Europa. Había abundancia de todo en la ciudad… tanto carne, pescado, pan y todo tipo de productos envasados, como mermelada de pera y una variedad de frutas secas que eran enviadas India en grandes cantidades. El comercio de Ormuz fue el más notable y más grande de India, tomando anualmente un importante número de caballos de Persia y Arabia. Los comerciantes vendían estos hermosos tantos caballos a cristianos e hindúes como a musulmanes en todas las regiones de India. Estos comerciantes ponían especial cuidado con los musulmanes en particular, ya que eran traídos de Mascate y Bahréin porque sabían que los caballos árabes no sólo eran hermosos y elegantes sino también de una raza muy antigua. También se importaban desde Persia importantes cantidades de seda, terciopelo, alfombras de diversos tipos y hierbas medicinales al igual que otros tipos de bienes y mercancías variadas. Los persas adquirían allí productos textiles variados: cerámica; estaño; azúcar y tintes como el añil o el índigo natural y medicinas.
17 De Basora, se traía dinero como la plata en forma de piezas metálicas y aleaciones; textiles hechos de cuero de camellos; textiles de otros tipos; azafrán y papel. A través de Basora, los italianos llegaban desde Venecia con vidrio, pequeñas joyas y muchas otras cosas que eran de poco beneficio para el rey cuando pasaban por la aduana. También se exportaban desde Ormuz a Basora y algunas partes de Siria; Mesopotamia, Turquía y Armenia productos locales en cantidades abundantes como ajo; cetros “Vara de metal precioso que usaban los reyes”, canela; cardamomo; productos textiles y cerámica, aunque destacaba especialmente el índigo natural. Por lo tanto, Ormuz se convirtió en un importante centro comercial que recibía todos los bienes provenientes de toda India que después eran distribuidos a varios lugares y países del mundo, incluyendo a la [1] pimienta, que estaba prohibida, llegaba a Ormuz. En grandes cantidades a través del mar Rojo para ser distribuida en la península Arábiga. Una gran cantidad de productos se exportaban a varios países del mundo. Aunque la isla de Ormuz era árida, había abundancia de todo tipo de mercancías y bienes e incluso tenía la reputación de ser el centro del mundo. Sus vecinos per1. La pimienta se usó para conservar la carne en Europa y los portugueses monopolizaron su comercio en toda Europa.
18 sas y los locales decían: “Si el mundo fuera un anillo, Ormuz sería la joya de este anillo.“ Porque además del gran volumen de comercio y mercancías traídas por comerciantes desde todos los rincones del mundo, Ormuz se había convertido en un gran almacén, en donde se podían encontrar todas las drogas y medicamentos conocidos hasta ese entonces. Desde Persia llegaban el mejor tipo de hierbas medicinales utilizadas en el mundo, muchos perfumes y el mejor antídoto del mundo, el cual tenía un valor tres veces más alto que el antídoto malagueño. Cabe señalar que las monedas utilizadas en todas las regiones del reino de Ormuz fueron: 1. Lari, moneda de plata acuñada en el reino de Lar, en forma de alambre enrollado y estampada con el sello del reino. 2.. Reis, moneda portuguesa de cobre de bajo valor. 3.. Cruzado, moneda portuguesa de oro, cada Cruzado equivalía a 400 Reis 4.. Pardo, moneda de oro del este de India. Los visitantes de la isla de Ormuz quedaban sorprendidos por las buenas condiciones de los residentes, ya que las piedras flotaban en la superficie del agua. Las montañas de la isla de Ormuz tenían grandes can-
19 tidades de sal, la leña se obtenía de los manglares que crecían en el mar y las piedras de construcción eran traídas de la isla de Qeshm, lugar de donde se extraían los arrecifes de coral de las profundidades del mar y se secaban para volverlos esponjosos, ya que contenían bolsas de aire que las hacían flotar en la superficie del agua. Más tarde eran secadas para endurecerlas y usarlas en la construcción.
21 Capítulo II: El rey Farookh Shah
23 A principios de 1855 la ciudad de Ormuz se lucía hermosa, ya que contaba con edificios de varios pisos y callejones muy poblados, donde se mezclaban personas de diferentes orígenes con sus vestimentas típicas. El clima era templado en Ormuz a excepción de los meses de verano, que eran absolutamente insoportables desde mayo a septiembre, Las mujeres musulmanas sufrían las inclemencias más que el resto debido a que se cubrían la cara con un velo que les tapaba la cabeza, el cuello y el pecho. Si nos dirigimos hacia el palacio del rey, podremos ver a un lado las escuelas cercanas y sus maestros impartiendo lecciones religiosas a un gran número de estudiantes y al otro lado del palacio se encuentra la casa del ministro. Frente al palacio del rey, había guardias dotados con una pequeña cantidad de armas, ya que sólo los portu-
24 gueses tenían autorización para portarlas. Se ingresaba al palacio a través de una gran puerta adornada y al atravesar un gran vestíbulo se accedía hasta el Consejo del rey. Allí se encontraba el trono donde se sentaba el rey y tanto a la derecha y como a la izquierda, había sillas en las que se sentaban los notables del país, los funcionarios portugueses y los Ormuzeses. El rey era Farookh Shah (1565–1597), hijo de Muhammad Shah III (1565), apodado Abu Nasr Shah, hijo de Turan Shah V (1543–1565) e hijo a su vez de Salgur Shah (1534–1543) que era considerado "notorio" en la ciudad de Ormuz, en donde se encargó de ejecutar las demandas de los portugueses que pedían demoler todas las viviendas de sus seguidores cercanos aledañas al castillo portugués al mismo tiempo que decretaba la demolición de algunos de sus lujosos palacios próximos al castillo para que el castillo no pudiera dañarse por la cercanía de dichos palacios y viviendas. Después de la muerte de Salgur Shah, su hijo Turan Shah gobernó Ormuz hasta su muerte en 1565 y fue en ese entonces cuando aconteció la disputa, dado que Turan Shah tenía dos hijos, un hijo mayor llamado Muhammad Shah bin Abu Nasr seguido por su otro hijo, el jeque Javed. Muhammad Shah bin Abu Nasr gobernó el reino de Ormuz durante sólo un año y luego murió. Entonces se suponía que su hermano, el jeque Javed, lo sucedería. Sin embargo, Farookh Shah, hijo de Mu-
25 hammad Shah bin Abu Nasr tomó el poder y relevó a su tío el jeque Javed, quien comenzó a exigir tanto su puesto en el trono a través de las autoridades portuguesas como su herencia, lo que obligó a Farookh Shah a amenazarlo de muerte y a negarle el pago del dinero de la herencia, alegando que las cantidades mencionadas por el jeque Javed no eran propiedad de su padre Muhammad Shah bin Abu Nasr, sino propiedad del Estado. El jeque Javed vivió en un miserable estado de pobreza y alienación en la ciudad de Goa, donde se encontraba el virrey de Portugal. Tras la muerte del jeque Javed afinales de noviembre de 1587, su hijo comenzó a reclamar la propiedad de su padre y presentó una demanda contra el rey de Ormuz en el Tribunal de Apelación de Goa, lugar en donde residía. Por lo tanto, Farookh, el rey de Ormuz, comenzó a estudiar la decisión que sería tomada por estos tribunales. A la derecha del trono del rey se sentaba su ministro, Rais Noureddine y junto a él estaba su hermano Sharafuddine, su asistente y tambien lo reemplazaba en su ausencia. El rey Farookh Shah se casó con Latifa, hermana de Rais Noureddine, quien le impuso una condición al rey: Si su hermana daba a luz a un varón, este sería el príncipe heredero.
26 Latifa le dio al rey Farookh Shah dos hijos, el mayor se llamó Muhammad Shah bin Abu Nasr y su hermano menor Turan Shah. Sin embargo, el rey Farookh Shah tuvo otro hijo llamado Firuz, concebido de una mujer esclava. Farookh Shah en persona llegó a admitir que él era el padre del niño en algún momento, aunque en muchas otras ocasiones negó que este niño fuera su hijo. Rais Noureddine estaba casado con la viuda de Rais Murad Delmachi (Dulaimi), un juez bahreiní descendiente de los reyes de Lar. El nombre de la viuda era Shah Zenan, la primera dama, quien tenía una hija llamada Halima Murad de unos 15 años y un hijo varón nacido después de la muerte de su padre, llamado Murad bin Murad y apodado Delmachi, de 14 años. La primera dama dio a luz a una hermosa niña de cuatro años de edad, fruto de su matrimonio con Rais Noureddine, llamada Fátima, aunque su padre la llamaba Habiba Noureddine mientras que los demás la llamaban Habiba Fátima y los extranjeros la llaman Bibi Fátima, así que se la conoció bajo dicho nombre. A la izquierda del trono real se sentaba el comandante y gobernante de Ormuz Matías de Albuquerque, quien entrevistaba a jóvenes en particular, en un intento de ins-
27 truirlos en la religión cristiana, llevándolos siempre a su casa y sirviéndoles comida. Su actividad diaria no era la administración de la isla, sino una tarea muy diferente que lo ocupaba constantemente: convertir a los musulmanes al cristianismo. Matías de Albuquerque logró convertir al hijo del jeque Javed al cristianismo después de la muerte de su padre afinales de 1587, después de prometer que lo apoyaría si se convertía al cristianismo. Javed ''estaba en Goa, Matías tenía lo que quería, ya que el hijo del jeque Javed se convirtió al cristianismo y se llamó a sí mismo "Dom Jerónimo Joede." Esto sucedió en Goa, pero en Ormuz Matías de Albuquerque estaba trabajando para convertir a Halima Murad, de 15 años y a su hermano Murad Delmachi, que era sólo un año menor, prometiéndole que si se convertía al cristianismo lo nombraría ministro de Ormuz y sería el responsable de la gestión de los libros contables de la aduana de Ormuz. Matías de Albuquerque recibió la respuesta positiva tanto de Halima como de su hermano Delmachi Murad, de modo que los dos comenzaron a tomar instrucción cristiana. Después de unos días desde que Matías de Albuquerque había pedido la mano de Halima Murad al ministro de Ormuz, Rais Noureddine, esposo de su madre, para
28 el hijo cristiano del jeque Javed, aunque nadie sabía aun que se había convertido al cristianismo. La respuesta de Rais Noureddine fue negativa para no molestar al rey de Ormuz. Un joven acudió al consejo con su ropa desaliñada, su barba densa y una cara aterradora: Era Nematallah, sobrino del rey, dueño de la escuela religiosa islámica, archienemigo de Matías de Albuquerque y miembro del Frente Patriótico contra los intentos de cristianización de Matías de Albuquerque. Después de besar la mano del rey, Nematallah se sentó junto a Rais Noureddine, su respiración era agitada, como si su corazón quisiera salirse de su pecho. ¿Cómo puede uno ser paciente con esto? Antes de acudir al consejo del rey, se había enfrentado con Halima, que corría detrás de su hermana pequeña Fátima cuando salía de la casa de Rais Noureddine, donde vivía. Halima se había quitado la cobertura que había escondido su hermoso rostro, pero cuando lo vio, retrocedió, mirándole como si quisiera que él se alejara de su lugar para alcanzar a su hermanita, pero él no reaccionó. Por lo tanto, ella entró en la casa cerrando la puerta, en su cara.
29 Nematallah habló con Rais Noureddine con un tono susurrante, obligando al rey a preguntarle a Rais Noureddine sobre la conversación entre ellos. Rais Noureddine dijo: Su majestad, el hijo de su hermano, el príncipe Nematallah, busca casarse con la hija Halima. El rey respondió: “Con la bendición de Alá.“ Matías de Albuquerque se levantó y exclamó: “Esto no puede ser… No puede ser.“ Y salió enfadado. El rey, su ministro y todos los presentes estaban disgustados por este comportamiento. El rey decidió que el matrimonio se llevaría a cabo de inmediato, se trajo al imán de la Gran Mezquita y se firmó el matrimonio entre Nematallah y Rais Noureddine como representante de Halima. Por lo que Halima se vio obligada a casarse con Nematallah y tanto el ministro Rais Noureddine, como el rey y sus familiares la presionaron para que aceptara el matrimonio con Nematallah, cosa que hizo en contra de su voluntad. Nematallah nunca logró encontrar una manera de vivir con ella ni de tocarla íntima ni sexualmente. Un día, Halima le pidió a Nematallah que le permitiera visitar a su madre. Allí le reveló a su madre que no quería ver a su esposo en absoluto porque lo odiaba.
30 Así que se quedó con su madre, como una mujer casada, pero sin marido. Por eso buscó a alguien nacido en Ormuz e hijo de un portugués, que le enseñara a leer y escribir en portugués y le manifestó que no quería a ese hombre llamado Nematallah y que no podía verlo. Así que le pidió que le contara a los monjes sobre su desdicha, ya que quería ser una mujer cristiana para librarse de aquel hombre musulmán. El hombre aceptó su encargo, contactó con el abad del monasterio de Ormuz y transmitió la confidencia a Matías de Albuquerque. Cuando la noticia llegó a oídos de Matías, este corrió directamente al palacio del rey de Ormuz y le manifestó al rey que el tema de Halima había llegado incluso a oídos del rey de Portugal y que este no aceptaba que en su reino alguien fuera oprimido. Le dijo también: “Si no puedes hacer justicia en Ormuz, otros pueden hacerlo”. Y añadió: “El caso del hijo del jeque Javed aún no se ha decidido.” En aquel momento el rey de Ormuz acordó divorciar a Halima de Nematallah. Los monjes decidieron sacar a Halima y a su hermano Delmachi de Ormuz y transferirlos a Goa, esperaron hasta la fecha límite, para que terminara el servicio de
31 Matías de Albuquerque como comandante de Ormuz y fuera la hora de que él partiera hacia Goa. Una noche, se las arreglaron para sacar a Halima de la casa del ministro Rais Noureddine y enviarla a la casa de un hombre rico portugués, para poder trasladarla fácilmente a un buque de guerra que estaba listo para zarpar con el comandante de Ormuz Matías de Albuquerque. La operación fue muy complicada. El barco llamado “Nossa Senhora de Conceiçao” navegó con Matías de Albuquerque quien se llevó consigo a Halima y Murad Delmachi a Goa. Ya en Goa, Matías de Albuquerque convirtió a Halima y a su hermano Murad Delmachi al cristianismo. Halima pasó a llamarse Philippa, en referencia al rey de Portugal Felipe, mientras que Murad Delmachi adquirió el nombre de Afonso en memoria de Afonso de Albuquerque. Halima Murad “Philippa” se casó con Antonio de Azevedo, a quien se le otorgó la fortaleza de Ormuz para gobernar mediante un decreto ratificado por el rey de Portugal. Halima Murad “Philippa”, Antonio de Azevedo y Afonso Delmachi abordaron el barco rumbo a Ormuz. Durante el trayecto, Halima Murad murió a bordo y su cuerpo fue arrojado al mar para ser comido por los peces.
32 Afonso Delmachi regresó a Ormuz, esperando la promesa de su nombramiento como ministro de Ormuz y la gestión de los libros contables de la aduana, cuando alcanzase la edad adecuada.
33 Capítulo III: El príncipe Firuz Shah
35 En el año 1591, tres años después del incidente de Halima Murad y Nematallah, muere Latifa, esposa del rey Farookh Shah y al mismo tiempo hermana del ministro Rais Noureddine y más tarde, muere también su hermano, el ministro Noureddine. Así que el puesto de ministro queda vacante. A Murad Delmachi bin Murad, el cual se había convertido al cristianismo y se llamaba Afonso Delmachi, se le prometió este puesto, pero el rey de Ormuz Farookh Shah, estipuló que se casaría con su madre, la primera dama, aunque ella ya había acordado casarse con el rey, antes de que su hijo Afonso aceptara. La primera dama y su hija Fátima, que entonces tenía siete años, se mudaron con su hijo, el nuevo ministro Afonso Delmachi, para residir en el palacio del rey con sus dos hijos pequeños, Muhammad Shah, de catorce años y su hermano Muhammad Turan Shah, de
36 trece años, en donde vivirían ocupando una suite especial del palacio del rey. La primera dama se sentó en el trono y su hija Fátima estaba cerca de ella. Se designó un consejo a su cargo, vistió la ropa más cara y hermosa, se le colocó una corona en la cabeza y recibió tanto a las mujeres de la comunidad de Ormuz como a las visitantes de paso por la isla. Gastaba el dinero que su hijo Afonso Delmachi recibía procedente de la Aduana de Ormuz, alegando que era rica debido no sólo a la herencia de su esposo, el ministro Noureddine, sino también a la de su exesposo Murad Delmachi. Ella daba regalos a todos los que la visitaban, por lo que su asamblea estaba llena de gente. Al sentarse, lograba ocupar la silla por completo con su cuerpo, extendiendo su ropa alrededor de ella. Tenía una cara hermosa, hasta el punto de que todos se podrían pasar horas sentados mirándola fijamente, porque tenía treinta y tres años y parecía una mujer joven, por lo que los hombres acudieron a su compromiso, después de la muerte de su esposo Noureddine. Fátima, a la que llamaban Bibi Fátima, creció en el palacio junto a su primo Muhammad Shah. Ambos se ponían la corona de su madre y de su padre y jugaban imaginando que eran la reina y el rey y se reunieron por un amor, que se acercaba a sufinal feliz, que era el matrimonio.
37 A principios de 1598, Farookh Shah, había envejecido y no podía llegar hasta el consejo. Por lo que rey de Ormuz quería abdicar al trono en favor de su segundo hijo, Muhammad Shah, cuya madre era Latifa, hermana de Rais Noureddine. El ministro Afonso Delmachi durante este tiempo le sirvió bien, ya que vivía con su madre en el palacio. El rey escribió una carta fechada en 14 de abril de 1598 y se la envió al virrey de Portugal en India, Dom Francisco da Gama, declarando que: “También agradezco a Su Excelencia por recordar a mi hijo, el príncipe Muhammad Shah y creo que es un hombre que hará lo que se debe hacer como buen aliado. Y como confío en él, solicito a Su Excelencia que apruebe su nombramiento en mi lugar a petición de mi gente. Los portugueses que residen en esta ciudad también lo admiran y tiene las cualidades necesarias para el puesto. Estoy viejo y exhausto. Quiero pasar el tiempo que me queda en paz y dedicarme a adorar a Alá. Por lo tanto, le pido que apruebe esta solicitud. Ruego a Alá que te proteja y alargue tu vida. Escrita en Ormuz, el 14 de abril de 1598.”
38 El 16 de abril de 1598, Firuz Shah escribió una carta al virrey de Portugal en India en la que manifestaba: “Le ruego, que me conceda el privilegio de contarle sobre la situación del Estado aquí. Como su enviado vio con sus propios ojos, tendrá una visión mejor y más completa de lo que escribo para usted. Estoy seguro de su justicia y de la confianza con la que me tratará, como si fuera mi padre. Ruego a Alá que alargue la vida de su soberanía, para que el Estado pueda florecer y que Alá le otorgue muchas victorias y él sea capaz de ello…etc. Ormuz, 14 de abril de 1598. Del príncipe de Ormuz: príncipe Firuz Shah” Firuz Shahfirmó dicha carta bajo el título de príncipe de Ormuz, desafiando así la decisión de su padre. Turan Shah también escribió una carta al virrey de Portugal a fines de abril de 1895, después de que Muhammad Shah abandonó su reclamo del mandato del Pacto, diciendo: Ormuz (...) abril de 1598 Una carta del príncipe Turan Shah A Dom Francisco da Gama, virrey de India,
39 Señor, De la carta escrita por usted a mi padre, deduje que usted tiene buena salud, que Alá le sostenga para el bienestar de este país y para que yo sea siempre feliz aquí. Y aprendí de la carta cómo Su Excelencia aconsejó a mi padre, porque estaba en una situación en la que necesitaba más consuelo que de actuar en los asuntos del Estado, que ahora es bastante agobiante... Soy un hijo legítimo del rey Farookh Shah y la reina Latifa. Soy el hijo menor de ella y antes de que mi padre se casara con Latifa, la hermana de Rais Noureddine, habían acordado a través de documentos gubernamentales que, si daban a luz a un hijo varón, este heredaría el trono del reino. Muhammad Shah, Abu Nasr Shah y yo somos hijos legítimos, descendientes del matrimonio según nuestras leyes. Además, a través de un decreto, mi padre otorgó posición en el Estado. Todo lo que quiero es la influencia de su soberanía y su ayuda, dándome el apoyo al afirmar esto, como es correcto y justo, cosa que estoy seguro de que hará por mí.
40 Estoy decidido a enviar a alguien en el momento del monzón actual, alguien que pueda pedirle que acepte mi solicitud y traerá consigo todos los documentos que mencioné para aceptarlos porque mi padre es muy viejo y no se puede confiar en sus decisiones. Todo está en manos de Alá, porque más tarde podría tener problemas con mis hermanos... Así, me atrevo a escribir estas líneas en su honor, pidiéndole que me lo conceda y a cambio permaneceré a su servicio, lo cual tendré que cumplir como mi deber. Nuestro maestro... etc. (...) abril de 1598. Príncipe Turan Shah” Dom Antonio de Lima fue designado para ser un líder en la isla de Ormuz y cuando llegó descubrió que la razón de la agitación era el desacuerdo entre Firuz Shah y Turan Shah, ambos hijos del rey Farookh Shah, sobre quién ostentaba el derecho para el cargo de príncipe heredero y que estos hechos habían causado grandes disturbios en todo Ormuz. La estancia de Dom Antonio de Lima en Ormuz no duró mucho, debido a que murió el 28 de diciembre de 1598, como resultado de una enfermedad.
41 Entonces Dom Luiz da Gama fue nombrado comandante militar del castillo de Ormuz por su hermano Francisco da Gama, virrey de Portugal en India. A principios de 1599, el virrey portugués de India escribió una carta al rey Farookh Shah de Ormuz, solicitando que entregara el gobierno de Ormuz y todas su infraestructura a su hijo mayor, Firuz Shah. El virrey de India también envió una carta al comandante militar de Ormuz, Dom Luiz da Gama, indicándole que, si se planteaba la cuestión del mandato del pacto en Ormuz, el hijo mayor del rey Farookh Shah debería remitir el caso a la administración estatal. Con el decreto de que continuara haciéndolo hasta que el virrey de India pudiera encargarse del caso adecuadamente. También envió otra carta a Afonso Delmachi, ministro de Ormuz, para concertar el matrimonio de su hermana Bibi Fátima con el próximo rey, Firuz Shah, debiendo así atenuar el impacto en su hermana y su madre. Afonso Delmachi salió corriendo con las cartas desde la aduana hacia el palacio del rey. Su madre estaba reunida con el consejo de mujeres, por lo que pidió citarse con ella en la puerta que daba a la vivienda, le leyó en voz baja la carta enviada al rey sobre la entrega de las riendas a Firuz Shah.
42 En aquel momento, la primera dama alzó la voz y exclamó: ¡¡“Desgracia!! ¡¡Desgracia”!!. Entonces las mujeres sentadas en el consejo de la primera dama corrieron hacia el lugar de donde provenían los gritos. Mientras Afonso Delmachi seguía leyendo el mensaje que le enviaron en voz baja, las mujeres se pararon cerca de la puerta, para escuchar. Inmediatamente, la primera dama comenzó a gritar: ¿“Qué este esclavo se casará con mi hija? ¿El sirviente del palacio se casa con mi hija? ¡Mi hija es la bisnieta del rey persa! Su padre, Noureddine, es nieto de al-Hasan, hijo del imán Ali y Fátima bint Mahoma, el mensajero de Alá, cuya hija lleva su nombre. ¡No permitiré jamás que esto suceda”! Entonces, mientras que ella y su hijo se apresuraron para ver al rey Farookh Shah y contarle los detalles del contenido de las cartas, las mujeres salieron corriendo por la puerta que conducía al portal. Pronto, las calles de Ormuz se llenaron de mujeres cubiertas con velos, yendo de casa en casa y las puertas
43 se abrían y cerraban…A medida que la noticia se extendió por toda la ciudad como pólvora. La disputa estalló en el palacio hasta que llegó el brutal conflicto entre los hermanos. Después de esto, el príncipe Turan Shah viajó a Goa para presentar su protesta al virrey de Portugal en India, mientras que el príncipe Muhammad Shah viajó a ver a su tío, Rais Badreddine, magistrado de Maghistán. La noticia de que las cosas en el reino de Ormuz se habían vuelto terribles y lamentables llegó hasta Goa, lugar en donde se encontraba el virrey de Portugal, por lo que todos los castillos que pertenecían al rey de Ormuz estaban en grave peligro debido a la amenaza de los árabes en la península arábiga y de los persas en las regiones persas, lo que tendría un impacto muy negativo en el reino de India que pertenecía al rey de Portugal. El comandante militar en Ormuz comunicó la noticia al virrey de India, quien a su vez presentó todo el asunto ante el Consejo formado por los líderes superiores y cuando discutieron los aspectos positivos, se acordó: “La necesidad de que el comandante militar en Ormuz obligue al rey de Ormuz a proporcionar a los castillos suministros de alimentos y otras necesidades, reforzar el control sobre estos castillos y tomar las propiedades y capacidades del
44 rey para proveerles de lo necesario, además de llevar a cabo las tareas y acciones pertinentes. Sin embargo, no debería ser privado del Reino, porque no hay suficientes razones ni justificación alguna para dar ese paso. El virrey debería escribir una carta (al rey de Ormuz) para convencerlo de que permita que su hijo mayor gobierne y trate de casar a su hijo con la hija del ministro, ya que esto calmaría y podría resolver las cosas. Ya sea que tal matrimonio se llevase a cabo o no, el rey (rey de Ormuz) debería dejar que su hijo mayor gobierne el país en su nombre, debido a que su hijo poseía las virtudes y los rasgos necesarios. El comandante militar también debería instituir al hijo como rey y su padre (el rey de Ormuz) firmaría una solicitud para abdicar en favor de su hijo”. Se envió una copia de la decisión del Consejo al comandante militar en Ormuz, para que se pusiera en práctica y así mismo se envió una copia tanto al rey de Ormuz como al ministro, Afonso Delmachi. Firuz Shah asumió el poder, después de que el rey Farookh Shahfirmara una petición para abdicar en favor
45 de su hijo mayor, quien siguió siendo su reemplazo hasta su muerte. Por lo tanto, Firuz Shah se hizo cargo de todas las administraciones estatales, excepto la administración de aduanas y sus ingresos.
47 Capítulo IV: Bibi Fátima
49 A principios de 1601, Firuz Shah había tomado el control de todos los asuntos en el gobierno de Ormuz, excepto la cuestión de su matrimonio con Bibi Fátima y ese matrimonio se convirtió en un conflicto entre él y la primera dama. Un día, cuando Firuz Shah salía de la fortaleza portuguesa tras reunirse con el comandante militar, pasó por la puerta de la casa de Rais Badreddine, magistrado de Magistán, ubicada frente a la puerta de la fortaleza. Decidió ir a la casa, llamar a su puerta y Rais Badreddine salió a darle la bienvenida y lo recibió en su consejo. Firuz Shah dijo: “Los portugueses están sufriendo mucho. Su poder se ha debilitado y las tribus árabes están atacando nuestras áreas en el Golfo y las costas del Mar de Omán. En cuanto a la costa persa, nuestros centros
50 también están amenazados por las fuerzas persas. ¿Cómo está la situación en Magistán?” Rais Badreddine le respondió: “Su alteza sabe que tanto área que comienza en la cadena montañosa cerca de la costa persa, frente a la isla de Ormuz y se extiende hasta la frontera de Kerman y el castillo de Tzarj de Maghistán, como la intersección de la única carretera que conduce a Kerman y las áreas del norte, reciben la mayor parte de los ingresos provenientes de impuestos y servicios proporcionados a los convoyes, por lo que si esta zona se perdiese, el gobierno de Ormuz se vería privado de tales ingresos, por lo que le pido que refuerce las fortalezas y los castillos, proporcionándoles armas y hombres”. Firuz Shah: “¿La amenaza vendrá de Lar?” Rais Badreddine: “Lar en estos días está amenazado por las fuerzas persas y no se atreverá a tratar de ocupar Maghistán, después de haber recibido una gran lección, no se atreverá”. Firuz Shah:
51 “Estabas allí cuando Maghistán fue recuperado, dime cómo sucedió para tomar precauciones”. Rais Badreddine respondió: “Me había ido con mi hermano, el ministro Noureddine, con su padre y con las tropas portuguesas”. Después de que el hijo mayor del rey de Lar ocupase esta zona en 1582, le llegó la noticia de la muerte de su padre, por lo que regresó con sus fuerzas invasoras a Lar para quitarle el gobierno a su hermano. Antes de partir, había dejado una guarnición en el castillo de Tazrj y otra guarnición en Chameel. Las tropas portuguesas, asistidas por el rey de Ormuz Farookh Shah, pudieron recuperar el castillo de Tazrj. Mientras, el castillo de Chameel logró eludir a las fuerzas portuguesas que lo habían sitiado por largo tiempo, aunque sin éxito. Resultó que había algunos espías de los larianos (la gente de Lar), que estaban infiltrados entre la gente de Chameel, los cuales les proporcionaban comida a través de cestas con cuerdas desde la parte superior del castillo, donde las palmas estaban adyacentes al castillo. Uno de los líderes le hizo una oferta al rey de Or-
52 muz, arguyendo que la guarnición abandonaría el castillo sin armas pero con una condición: que el rey de Ormuz se comprometiera a escoltarlos cuando saliesen del castillo y hasta que llegasen al cruce que conducía a Lar y Ormuz. Mas, cuando los larianos descendieron al valle, hasta el camino principal desde Chameel, la gente de Chameel los emboscó, matándolos a todos. En ese momento su líder se rebeló, montó a caballo y acudió al campamento portugués, que se encontraba en la meseta cercana al castillo y llegó a toda velocidad gritando: “¡¡Gonçalo!!” [1] “¡¡Jerónimo!!” [2] (Que fueron los líderes de esa campaña)... Entró en la tienda de los comandantes montando a caballo, por un lado y saliendo por el otro, hasta llegar a las tiendas de los soldados. Los soldados tomaron sus espadas y lo derribaron, haciéndolo pedazos. El rey estaba muy enojado por el comportamiento de Chameel. Los habitantes respondieron que estos solda1. “Dom Gonçalo de Meneses” era el comandante del castillo de Ormuz. 2. “Dom Jerónimo de Mascarenhas”, el comandante en Jefe.
53 dos habían violado sus indicaciones cuando entraron en Chameel.“ Rais Badreddine agregó: “También vine a Ormuz para decirle a tu padre, el rey, que su hijo Muhammad Shah había pedido casarse con mi hija”. Le dije: “Debo pedirle a tu padre que acepte. ¿Me autorizas a ir a ver a tu padre?”. Firuz Shah dijo: “También yo le pido que su sobrina Bibi Fátima se case conmigo, según me ordenó el virrey de Portugal en India”. Rais Badreddine dijo: “Escuché su petición y no pongo objeciones, pero la opinión del rey y la opinión de la niña deben ser tomadas en cuenta”. Firuz Shah dijo: “Vamos al palacio”. Sólo quedaron en el palacio real Farookh Shah, el rey anciano, junto a su esposa la primera dama, su hija Bibi Fátima, su hijo el ministro Afonso Delmachi y los sirvientes que estaban viviendo al lado del palacio cerca de las cocinas.
54 Tanto Firuz Shah como Rais Badreddine entraron al palacio y le pidieron a la primera dama que les permitiera ver al Rey Farookh Shah, a lo cual accedió. Después de confirmar la salud del rey, Rais Badreddine le contó al rey sobre la solicitud de Muhammad Shah de casarse con su hija. El rey respondió afirmativamente, por lo que Rais Badreddine le manifestó la petición de Firuz Shah de casarse con Bibi Fátima. El rey le pidió a Rais Badreddine que le preguntara a Bibi Fátima si aceptaba casarse con Firuz Shah. Rais Badreddine llamó a su sobrina Bibi Fátima y le hizo la oferta, pero Bibi Fátima no respondió negativa o positivamente, simplemente se retiró para contarle a su madre al respecto. Tan pronto como Rais Badreddine regresó junto al rey, éste le preguntó qué había sucedido. Rais Badreddine le dijo: “La niña guardó silencio y no respondió”. El rey respondió: “El silencio es una señal de consentimiento, ¡celebraremos el matrimonio!”. Bibi Fátima se casó con el hijo del rey de Ormuz, Fi-
55 ruz Shah. Se esperaba que este hijo sucediera a su padre como rey y él era el hijo de su esclava. Esto le da al hijo derechos especiales entre los hermanos, porque de esta manera poseen algo extraño, que es su propio derecho, ya que eran los dueños de su madre, porque su padre no la liberó. Al mismo tiempo, Bibi Fátima era la sobrina de la esposa del rey y la hermana del ministro del rey, que ocupaba un puesto alto, con todo el poder y la jurisdicción y tenía una gran relación con la justicia y las finanzas a un nivel superior. Firuz Shah, insistió en consumar el coito con su esposa Bibi Fátima, pero ella postergaba el cumplimiento de su solicitud, alegando que estaba sufriendo una enfermedad, según afirmaba ella. Luego se decidió su consumación en tan sólo una semana. Bibi Fátima envió varias cartas al sacerdote a través del joven luso, quien le había enseñado portugués hablado y escrito, pidiéndole que le diera una orden para cumplir su propósito, por lo que informó al comandante militar quien era totalmente consciente de todas las complicaciones que podrían surgir para lograr ese importante fin. Se dio cuenta de que el capellán estaba haciendo todo lo posible para responder a sus demandas.
56 En una carta dirigida al comandante militar, utilizando el mismo canal de comunicación, Bibi Fátima explicó su situación, acusándolo de negligencia y culpándolo por poner en peligro tanto a ella como su salvación espiritual. Desde su punto de vista, esa salvación era una necesidad urgente y era muy importante que la demanda de esta mujer musulmana se cumpliera en la medida en que uno debe tener una razón muy fuerte para no arriesgarse, en una cuestión tan trascendental. El comandante militar respondió que si ese fuera el caso, ella debería hacerle una señal a una determinada hora, cuando se dirigiera a un área vacía fuera de la ciudad. Esto debía hacerse en un momento específico. Diciendo: “Para poder llegar a una conclusión, ella misma debe confirmarlo enviándole su vestido”. Por lo tanto, ella le envió su propio vestido llamado bajoo, hecho de seda y muy usado en aquella zona. Estaba claro que la reunión de tales deseos justificados ya no podía retrasarse. Bibi Fátima vivía en una de las habitaciones del palacio real, al igual que su hermano, su madre y otras tantas personas y para alguien como ella en un lugar como ese, habría que ser capaces de imaginar todos los problemas que podrían surgir.
57 Ellafingía estar enferma y necesitar alivio para recuperarse de una enfermedad que era completamente diferente de lo que su madre imaginaba. El comandante militar convocó al comandante de la flota, Álvaro de Avilar y le dijo que quería mantener a algunos criminales como prisioneros donde debía estar él mismo con cincuenta soldados, para que él pudiera venir a ayudar, si sucediese algo. Con el mismo argumento, ordenó esperar al mayordomo en otro lugar y también solicitó que se llamara al traductor Simão Ferreira, un hombre de gran autoridad y reconocido entre todas las naciones, para que esperase en otro lugar. Después de tener una reunión secreta, ordenó que se comenzara a vigilar la puerta del ministro a través de la cual Bibi Fátima debía pasar y abrirla cuando se tomaran medidas adicionales. Debatieron y acordaron que Simão Ferreira iría a ver al ministro Afonso Delmachi, hermano de Bibi Fátima, en nombre del comandante militar y le ordenaría que negociara con algunos comerciantes que llegaron desde Persia y otros que llegaron desde el Hajj. Esto significaba que las puertas del puerto debían permanecer abiertas. El comandante militar, Simão Ferreira, advirtió que en caso de escuchar cualquier ruido, el ministro debería
58 ser informado en nombre del comandante militar y que no debería producirse disturbio alguno bajo pena de ser inculpado por rebelión. Estuvieron de acuerdo en este punto y por tanto las armas y los soldados del castillo fueron apostados allí. Más tarde enviaron una orden al comandante naval, informándole sobre las acciones que debería tomar al respecto ante cualquier evento que pudiera suceder. Al caer la noche, el comandante militar, que estaba levemente armado, se fue en secreto acompañado por el capellán y el joven que usarían como señuelo. Junto al joven como evidencia, entraron por la puerta de la casa del ministro que fue aislado y distraído para poder preservar el puerto. Todos subieron las escaleras hasta llegar a la entrada de una habitación, donde permanecieron a oscuras. El joven entregó un mensaje a Bibi Fátima, quien, tan pronto acudió sola buscando el lugar en donde esperaban en penumbras. Se sorprendió y le preguntó por el comandante militar, luego tocó su mano para ver si faltaba uno de sus dedos, ya que era un rasgo distintivo que confirmaría su verdadera identidad. Ella confirmó así sus sospechas y se dio cuenta de que la culminación de sus deseos se acercaba. Entonces ella dijo:
59 “Dejemos a Dios que haga su voluntad”. Bibi Fátima repitió su confesión frente al sacerdote, después de lo cual la escoltaron desde las mismas escaleras hasta la puerta de la habitación, en donde se hicieron cargo de ella el comandante militar y el conserje y ambos la llevaron a la casa de Simão da Costa, supervisor del tesoro del rey, hombre muy respetado y de gran autoridad en la ciudad, el cual vivía cerca del castillo. El barullo de la gente de Ormuz que estaba esperando a que los peregrinos se apearan de los barcos había aumentado, al igual que el ruido de los soldados que también se acercaron hasta el lugar para evitar que dichos peregrinos descendieran. El comandante militar le dijo al ministro que apaciguara a su pueblo para poder discutir el asunto al día siguiente. El ministro estaba satisfecho, ya que logró que el clamor disminuyese, por lo que el comandante militar se retiró al castillo dejando una fuerte guarnición haciendo guardia frente a la habitación en donde se encontraba Bibi Fátima, la cual estaba muy feliz de estarfinalmente allí. Temprano a la mañana siguiente, el rey y unos 5.000 residentes de Ormuz estaban en la puerta de la casa de Rais Badreddine, suegro de uno de los hijos del rey y a la vez magistrado de Maghistán y tío de Bibi Fátima.
60 La casa, que estaba a cierta distancia del castillo, gozaba de buenas vistas a la plaza, desde donde veía su pórtico. Desde allí, el rey envió una amarga queja al comandante militar por el secuestro y le pidió que regresara a la esposa de su hijo, argumentando que su majestad no estaba de acuerdo. El comandante militar envió un representante con un mensaje que indicaba que aquellos que no fuesen miembros de la familia o estuvieran al servicio del rey, deberían quedarse en sus hogares bajo pena de muerte y a su vez, les informaba que la musulmana Bibi Fátima estaba dispuesta a permitir que una delegación entrara y que él mismo permitía el acceso tanto a los clérigos (musulmanes), como a la madre de Bibi Fátima y el ministro Delmachi. Aquí el sacerdote dijo en portugués ante una multitud de portugueses que estaban en el castillo: “Esta es la verdadera grandeza y pureza de nuestra fe. El tema se discutió sin soborno ni engaño pero a plena luz del día, libre y abiertamente y en un lugar público. Si esta religión lograba atraer a una mujer joven y libre de origen noble, la gloria de Dios será muy grande y confundirá severamente al enemigo al final de la batalla”. El comandante militar le pidió a Bibi Fátima que
61 mostrara a través del traductor, en presencia de todos, si había sido persuadida por el engaño o forzada a cambiar de religión. Ella dijo: “No me influyó engaño ni fuerza, pero quería abandonar la religión islámica y convertirme al cristianismo”. Los clérigos islámicos se sorprendieron y unos cuantos se levantaron armando un gran escándalo y gritando maldiciones e improperios. La madre de Bibi Fátima, así como sus amigas y damas de honor, mostraron claramente su dolor con lágrimas y suspiros. Pero Bibi Fátima permaneció tranquila yfirme como una roca. El comandante militar llevó a varios notables de Ormuz y comandantes clave a visitar al ministro Delmachi, el hermano de Bibi Fátima, al castillo. También ordenó el bautismo de Bibi Fátima, las ventanas del castillo debían estar bellamente decoradas y se deberían colocar arcos triunfales en las calles por donde ella pasaría entre la gente. Además, ordenó a los cañones del castillo y la armada disparar salvas, tocar todos los instrumentos musicales y
62 organizar juegos acompañados de música y ceremonias militares. Bibi Fátima, vestida con una prenda ceremonial, fue bellamente celebrada y el comandante portugués la acompañó con todos los portugueses al barco que navegó hacia Goa en India. En Ormuz y sus alrededores se rumoró en repetidas ocasiones que la bisnieta del mensajero de Alá se había convertido al cristianismo. Y la noticia llegó hasta la corte de Shah Adel Shah, rey de Persia en Isfahán. Por su parte, el príncipe Firuz Shah estaba furioso y para sofocar su ira, cesó a Delmachi de su cargo de ministro y aduanas, justificando esta acción por todo lo acontecido y nombró en su lugar al hermano de Noureddine, Rais Sharafuddine, quien trabajaba como asistente de Delmachi y un era funcionario de aduanas. Afonso Delmachi protestó ante el comandante militar, quien le aconsejó que se quejara ante el virrey de Portugal en India. En Goa, Delmachi presentó su queja ante el virrey, quien a su vez le aconsejó que fuera a Portugal para quejarse personalmente ante el rey de Portugal. Cuando Afonso Delmachi llegó a Lisboa, el rey lo saludó amigablemente y le envió un decreto en el que reconocía la justicia de todas sus demandas, pero lo de-
63 portó con honor a India para ser responsable de uno de los castillos. Delmachi inició su travesía hasta India desde Lisboa y estando cerca del Cabo de Buena Esperanza murió y su cuerpo fue arrojado al mar, convirtiéndose en sustento para los peces.
65 Capítulo V: El príncipe Turan Shah
67 En la primavera de 1601, la ciudad de Ormuz vivía diciendo que la nieta del mensajero de Alá se convirtió al cristianismo. El príncipe Firuz Shah se había divorciado de Bibi Fátima y se había casado con la hija de su ministro, Rais Sharafuddine; sin embargo, a la primera dama no le quedaba nada en Ormuz, excepto el viejo rey postrado en cama. Y antes de ser eliminada por el príncipe Firuz Shah o despojada de su dinero y joyas, alegando que era el dinero del gobierno de Ormuz y que su hijo lo había robado del dinero de la aduana, como él había afirmado repetidamente, si el viejo rey muriera y el príncipe Firuz Shah tomara el poder absoluto, ella sería castigada por las palabras que había difundido entre la gente. Por tal motivo, la primera dama se apresuró a recoger su dinero y joyas y se dirigió por la noche al castillo, donde se encontraba la sede portuguesa y dijo:
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